Quizás sea cínico decir que
la sociedad es una conspiración gigante para conseguir que te sientas mal sobre
ti mismo, pero no sería del todo incorrecto tampoco. Los publicistas hacen que
te sientas mal para que compres sus productos, los políticos hacen que dudes de
ti mismo para conseguir una ventaja en la competición.
Puedes tener todo el
conocimiento y todas las habilidades en el mundo, pero no tienen significado si
no te sientes personalmente autorizado a usarlas; es como ser dueño de un
Lamborghini y no tener licencia de conducir. Luce brillante en la puerta de tu
casa, pero no estás ganando nada a menos que lo manejes.
Valorarte a ti mismo es
parcialmente una cuestión de desarrollo personal, y parcialmente una cuestión
de elección. Para valorarte a ti mismo, necesitas sentir que eres digno de
valoración, pero usualmente ayuda probártelo a ti mismo llegando a algún
objetivo, aprendiendo alguna habilidad, o ganando algún tipo de distinción. Y
para poder valorarte, debes decir “Yo soy valioso.”
Este punto es importante.
Como pensamos sobre nosotros
mismos es una cuestión tanto de aprender como de cualquier otra cosa. Si
alguien te dice que no eres valioso una y otra vez, y si no haces nada para
contrarrestar eso, entonces llegarás a creer que no eres digno de valoración,
porque así es como tus conexiones entre neuronas se formarán. Pero si repites,
y crees, y actúas de una manera que demuestre y que te diga a ti mismo una y
otra vez, soy valioso, entonces ahí es cuando llegarás a creer.
¿Qué es valorarse a sí mismo?
De hecho son muchas cosas. Por ejemplo, es el creer que eres lo suficientemente
bueno como para tener una opinión, una voz, y un voto de decisión, que tus
contribuciones importan. Es creer que eres capaz, que puedes aprender a hacer
cosas nuevas y a ser creativo. Es tu habilidad de ser independiente, y no dejar
a la merced de una persona en particular o institución tu bienestar personal, y
autónomo, capaz de tomar tus propias decisiones y vivir tu vida de tu manera.
Todas estas cosas son tuyas
por derecho. Pero nunca te serán cedidas. Debes tomarlas, creyendo en ti mismo
(no importa lo que otra persona diga) y siendo autónomo.
Tu escuela no tiene una clase
sobre esto (y hasta quizás estén activamente tratando de debilitar tu autonomía
y autoestima; cuídate de esto). Debes tomar el mando de tu propio sentido de
autovaloración.
Hazlo todos los días. Dí a ti
mismo que eres inteligente, que eres fresco, eres fuerte, eres muy bueno, y
todo lo que quieras ser. Dilo en voz alta, en la mañana – escondido en el ruido
de la ducha, si debe ser, pero dilo. Luego, practica estos atributos. Sé
inteligente al resolver un crucigrama. Sé fresco al vestirte con lo que tú
consideras como moda. Se fuerte al hacer algo que te habías dicho ibas a hacer.
Sé bueno al llevar a cabo una buena acción. Y cada vez que lo hagas, recuérdate
que de hecho, lo has llevado a cabo.
Seleccionado por Camila Ubierna de Humanismo y Conectividad
Lea más en: http://andresubierna.com