Quien concentra su atención en su interior antes de iniciar cualquier proyecto y se cuestiona profundamente si realmente cree que lo logrará, aun a pesar de las adversidades, o de los que opinan que es imposible, obtiene un sabio autocontrol y liderazgo sobre sí.

Cómo decirle a tu equipo que... ¡se está equivocando!

La diversidad de los equipos de trabajo exige, por parte del directivo, táctica y versatilidad cuando se habla de comunicar errores. ¿Tienes lo necesario?

A ningún profesional le gusta ser regañado o reprendido, sobre todo cuando hablamos de su trabajo. Sin embargo, la diversidad en la oficina se ha convertido en toda una experiencia para los directivos cuando hablamos de retomar los errores en nuestros procesos y productividad. ¿Cómo dejar de ser el malo y convertirte en un líder asertivo?

Para hablar de “malas noticias” hay que tener en claro de que sí existen formas para hacerlo y que debemos dejar a un lado aquella que pueda enredar la situación, comprometer a alguien en específico o en la que haya que mentir. Como buen líder debes voltear a ver aquella que te permitirá abrir puertas hacia la comunicación, la que creará un impacto positivo y, sobre todo, ésta que te permitirá inyectar a tu equipo de energía nuevamente.

Primero, lo que NO debes hacer

•          No grites. Puede ser que estés desesperado o que te haya sorprendido el resultado negativo que obtuviste, sin embargo, debes tratar el asunto con toda la inteligencia emocional que tienes, respirar y dejar a un lado los métodos arcaicos de que gritando la gente entiende.

•          No mientas. Si bien es cierto que debes tener táctica para decir las cosas, evita mentir por tratar de minimizarlas o crear un buen impacto con tus equipos, en verdad, mentir no funciona en ningún caso.

•          Nunca comiences con una mala noticia. La objetividad también debe ser cuidada. Si la pregunta es ¿por qué? Es por el impacto negativo que causas en los colaboradores, directivos y socios. Si comienzas con una mala noticia, las técnicas para mejorar los números, para iniciar un proyecto alterno o las metas para alcanzar el objetivo quedarán hechas trizas.

•          Respeta a tu equipo y a tu gente. Este es uno de los puntos más importantes, recuerda que hablas con personas valiosas para tu empresa y que el respeto es fundamental para que la gente entienda y se comprometa.

¿Son malas noticias? Aprende cómo hacerlo

De acuerdo con el portal es.wikihow.com existen muy buenas técnicas que podrían ayudarte a dar las malas noticias de una manera preparada, consciente y con táctica. ¡Pon atención! Esto podría ayudarte, no sólo para comunicar malas noticias a tu equipo, sino para hacerlo con directivos, proveedores y clientes.

La técnica del giro

Se trata de envolver la noticia, por ejemplo. “Es importante mencionar que los objetivos podrían ser alcanzados este trimestre si redoblamos esfuerzos y triplicamos los resultados en el periodo restante”. ¿Lo viste? No mencionamos que los objetivos son incansables, sin embargo, aseguramos que se necesita el doble de esfuerzo, traducido en tiempo, y que hay que mejorar “tres veces” los resultados del primer mes; se busca dar la mala noticia con un toque de optimismo.

¿Cómo hacerlo?

1.         Prepárate. La información es importante y debes tomarla en cuenta para esta técnica, puede ser que tu equipo se vaya por lo más optimista, así que debes estar preparado para las preguntas que pueden hacerte.

2.         Utiliza estadísticas. Muestra a tu equipo qué se necesita hacer y compáralo con trimestres en los que hayan tenido buenos resultados, habla sobre productividad, horas extra, trabajo en equipo y proceso, todo acompañado de números que lo refuercen, esto ayudará muchísimo.

3.         Menciona los puntos importantes. No se trata de marcar los errores con plumón rojo, asegúrate que los puntos estratégicos del “cómo mejorar” sean tratados de manera urgente y específica. Recuerda, se busca asertividad con tu gente, pero cuando se trata de las malas noticias, tú tienes la palabra.

4.         Sé optimista. Es muy importante demostrar la mejor actitud con tu  gente, ellos deben verte preocupado por los resultados, pero entusiasta por alcanzarlos. El ser positivo se contagia, cuida hacerlo con tu equipo.

La técnica Compara y minimiza

No se trata de cubrir los errores, buscamos crear un menor impacto de lo negativo y mejorar lo necesario para alcanzar los objetivo, por ejemplo: “Sabemos que día con día nos hemos esforzado para llegar a los números deseados. Sin embargo y a pesar de ello, los resultados han sido negativos. ¿Recuerdan el periodo en el que caímos tres puntos respecto a los planes de la empresa? Estamos bajo las mismas circunstancias”. Verifica que tu equipo tenga la confianza de que pueden arreglarlo, pero también cuida de darles esta parte de alerta en la noticia.

¿Cómo hacerlo?

1.         Busca similitudes. Verifica que haya un periodo o un reporte donde la situación haya sido similar y háblales de los resultados y consecuencias.

2.         Enumera lo bueno que se ha hecho. Asegúrate de que ellos sepan que también hay cosas buenas cuando hablamos de su trabajo, así cuidaras su autoestima y podrás entrar con nuevas alternativas.

3.         Habla  con perspectiva. Es importante de hablar con miras hacia el futuro y  hacia mejorar resultados. No se trata de quedar bien, se trata de ser diplomáticos.

4.         Especifica números. Es importante que dejes en claro los nuevos objetivos y la metodología a conseguirlos, tu equipo debe estar enterado que van por mal camino, pero que si se mejora en “tales aspectos” la situación cambiará de manera positiva, debes guiarlos a hacerlo.

El método “sándwich

Es muy sencillo, pero se debe tener cuidado. Esta técnica se debe presentar con una lista comparativa entre las buenas y malas noticias, de manera literal, realiza una lista con los puntos malos a discutir y aquellos que pueden ser rescatados o mejorados.

¿Cómo hacerlo?

1.         Sé puntual en las buenas noticias. Asegúrate de no espantarlos, lo que buscas es un entendimiento de la situación y no una mentalidad apocalíptica.

2.         Presenta los hechos. No buscamos que realices un otorgamiento de culpas, busca que vean los números que los han llevado a esa situación. Tu equipo es tu mejor arma, cuida que exista una comunicación que retroalimente las perspectivas. Puedes comenzar con lo que “creas” se hizo mal y pregunta su opinión, ellos se sentirán con la libertad de hablarlo y solucionarlo.

3.         Evita las excusas. Cuando hablamos de números que pueden perjudicar a la empresa no existen escusas. Recuerda ser muy directo, pero con tacto.

4.         No señales culpables. Esto no funciona así, si ves que existe un elemento que necesita platicar en privado, hazlo en privado, evita culpar y que tu equipo se culpe entre ellos, esto puede ocasionar rupturas y desmembramiento del equipo.

5.         Da soluciones. Siempre debes terminar con soluciones precisas, busca números y métodos que ayudarán a tu equipo en lograrlo, también es bueno que adviertas las consecuencias de no hacerlo, pero recuerda, siempre con una actitud positiva.


¿Crees que estas metodologías funcionen en tu empresa? ¿De qué manera comunicas a tu equipo que las cosas van mal?

@altonivel  - www.altonivel.com.mx

Mi jefe me escucha

Nuevos estudios centrados en la conducta de los directivos empresariales destacan la importancia de una comunicación fluida entre el jefe y sus empleados. Los expertos aseguran que, hoy en día, no existen excusas para evadir las reuniones de trabajo o para no mantener el consenso dentro de un buen equipo. Sin embargo, a menudo muchos directivos se resisten o ignoran que incluso la tecnología les permite tener ese acercamiento necesario con los trabajadores, para conocer la opinión del equipo y alcanzar incluso un mayor respeto por parte del personal

Es bien sabido en las empresas que una reunión de trabajo es para muchos un encuentro que, lejos de lograr el beneplácito de todos, genera discrepancias y es visto como una pérdida de tiempo.
Un grupo descontento con su jefe puede considerar, que a final de cuentas, las decisiones tomadas por la directiva deben ser acatadas sin escuchar la opinión del equipo, y un mal directivo preferirá evadir las opiniones de los empleados ante el temor de reconocer que se equivoca en su gestión.
Sin embargo, según el investigador y autor del libro Liderando con Inteligencia Cultural David Livermore, “un líder con inteligencia cultural debe facilitar la reunión, ser auténtico y adaptar su estilo de liderazgo, para cumplir con la dinámica del grupo y dejar claro el mensaje que quiere transmitir”.
El experto destaca la importancia de ser “eficaz” y “respetuoso” en las reuniones de empresa, para lograr el compromiso del personal, más aún en tiempos actuales en los que los recortes y la austeridad son la principal causa del descontento entre los empleados.

La tecnología como herramienta
Cierto es que, aún siendo un verdadero líder, el tiempo es un factor de gran importancia a la hora de organizar reuniones de equipo, por lo que no siempre se cuenta con la disponibilidad para mantener comunicación con el personal. En este sentido, la tecnología puede ayudar.
Wayne Turmel, autor de varios libros y experto en administrar equipos con webmeetings y otras herramientas en línea, asegura en su más reciente artículo en el digital Management-Issues que “actualmente, la gente adopta la tecnología (o no) sobre la base de una serie de factores: lo que hace (la función), lo fácil que es aprender (la facilidad de uso) y si todo el mundo lo está haciendo de la misma manera (la cultura y los sistemas)”.
Pero, si se utilizan de manera correctas las herramientas tecnológicas, éstas facilitan que la empresa mantenga aún en la distancia el contacto con el logro de objetivos del personal.

Prioridades en una reunión
Los expertos dan los siguientes consejos a los directivos, para que los sigan durante las reuniones de empresa:
Pregunte a sus trabajadores lo que necesitan para hacer el trabajo esperado: Esto significa tener una discusión de grupo (y se puede hacer a través de conferencia telefónica, de discusión online o por correo electrónico o mediante una convencional reunión cara a cara) sobre cómo ven los empleados su trabajo , la información que necesitan y de qué forma.
Pregunte a sus trabajadores lo que han utilizado en el pasado que les ha ayudado: No olvide como jefe la posibilidad de que en su equipo existan personas con experiencias variadas que pueden ayudar a mediar ante los cambios de directrices. A veces, (y esto es duro para el ego de un gerente) a la hora de recomendar algo que hará más fácil su trabajo, su equipo siempre va a creer en un compañero antes que en el jefe. Hágales sentir parte del cambio aceptando su participación y opiniones.
Dé a conocer a su equipo sus expectativas acerca de ellos y su rendimiento: La presión de grupo funciona increíblemente bien, si reconocemos como jefes que albergamos la esperanza de que nuestro equipo logrará sus objetivos. Además, la gente instintivamente quiere evitar decepcionar a sus compañeros. Si el equipo está de acuerdo con el “plan”, es mucho más fácil que la gente rinda. Usted no ha establecido las reglas sobre el control de versiones, lo hicieron entre todos.
En lugar de imponer un plan de trabajo (incluso uno bueno) en su equipo, trabaje con ellos para elaborar uno adaptado a sus necesidades: Esta actitud siempre será mejor aceptada. Lo más probable es que el resultado final sea muy similar a lo que tenía como directivo en mente (después de todo, una buena idea es siempre una buena idea), pero dando participación a todo el equipo el éxito está asegurado y el personal estará satisfecho para seguir adelante con la tarea en cuestión.


Artículo escrito por Iván Abreu Anaya de Tendencias Científicas publicado en abc Recursos Humanos y seleccionado por Camila Ubierna
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