Quien concentra su atención en su interior antes de iniciar cualquier proyecto y se cuestiona profundamente si realmente cree que lo logrará, aun a pesar de las adversidades, o de los que opinan que es imposible, obtiene un sabio autocontrol y liderazgo sobre sí.

Planificación Financiera Personal en Empresa & Familia.

¿Debemos o no planificar todo lo que tenemos que hacer o queremos lograr?

Si analizamos atentamente el proceso de planificación, las experiencias posibles sólo pueden ser cuatro:

a) Se planifica y todo funciona de acuerdo al plan
b) Se planifica y nada funciona de acuerdo al plan
c) No se planifica nada y todo funciona correctamente
d) No se planifica nada y nada funciona

Entonces, bien podríamos pensar: ¿Qué sentido tiene planificar?, ¿no es una pérdida de tiempo?. Si nunca se sabe lo que nos deparará el futuro ¿para qué voy a planificar hoy?

Para responder con más claridad a estas preguntas, veamos en qué consiste, cómo es y en qué puede ser útil atravesar por un proceso de Planificación Financiera Personal.

Precisamente dos de las premisas fundamentales en las que se basa la práctica de la Planificación Financiera Personal son:

1.- El cambio es la única certeza del inversor consultante
2.- La seguridad total no existe

Con este marco como referencia, el consultante comienza, guiado por un consultor experto, a transitar un profundo proceso de análisis de sí mismo, de su realidad, de su situación actual y de la relación que lo une con el dinero, en tanto que éste permite reflejar la personalidad y valores de quien lo ostenta.

Tanto su estado patrimonial, económico y financiero (ingreso, gastos, ahorros, inversiones y deudas), como los principales rasgos de su perfil psicológico y de tolerancia frente al riesgo, serán relevados y estudiados a lo largo de este camino.

Con valentía y sinceridad, el consultante, tendrá que visualizar sus personalísimos sueños, intereses, deseos, posibilidades y objetivos, atravesar sus miedos, reconocer sus virtudes, tendencias y condicionamientos, construir acuerdos con quienes comparten su vida y fijar criterios sobre el uso del dinero, prioridades y metas reales y a la vez flexibles, tanto mediatas como inmediatas.

Es importante tener igualmente presente la incertidumbre y la permeabilidad de los planes, así como el convencimiento de que pasar exitosamente por este proceso traerá aparejadas una mayor tranquilidad, armonía y claridad a su presente. Las decisiones diarias sobre el manejo de su dinero tendrán un norte y un consenso seriamente establecido, es decir habrá un plan escrito y objetivado.

El plan será único y flexible a la vez. Porque el objetivo final que persigue toda Planificación Financiera Personal no es el de volver rico al cliente, bajo la promesa de: “¡Vamos a ganar mucha plata!” (accionar habitual de un Agente de Bolsa o un Broker de Inversiones) sino la de garantizar al consultante que nunca va a perder su nivel de vida, para que siempre, pase lo pase en el país y en el mundo, pueda dormir tranquilo y conservar su patrimonio.
Si esto se verifica en la práctica caso por caso, nuestro trabajo y el de los consultantes, habrá estado bien hecho.

Quizás no sea necesario planificar todo. Cada uno deberá encontrar su propia respuesta. Pero por lo menos ahora sí sabemos en qué puede beneficiarnos contar con una buena y productiva Planificación Financiera Personal.