Quien concentra su atención en su interior antes de iniciar cualquier proyecto y se cuestiona profundamente si realmente cree que lo logrará, aun a pesar de las adversidades, o de los que opinan que es imposible, obtiene un sabio autocontrol y liderazgo sobre sí.

Aprendemos a vender

Todos tenemos cuatro necesidades básicas que pueden ser representadas por el estómago, el corazón, la cabeza y el espíritu. El estómago representa nuestra necesidad de alimento, ropa, techo, protección y seguridad. El corazón, nuestra necesidad de amar y ser amados, ser respetados y tratados con generosidad. La cabeza, nuestra necesidad de resolver problemas y desarrollar nuestros talentos y habilidades. El espíritu, simboliza nuestra necesidad de hallar un significado para lo que somos y hacemos. Todos queremos vivir bien, ser tratados con amabilidad, desarrollarnos, crecer y marcar una diferencia... Son precisamente estas necesidades, las que producen oportunidades de venta.

Si queremos "ser efectivos" como vendedores, debemos satisfacer claramente una o más de estas necesidades. ¿Qué podemos ofrecer para ayudar a que nuestros clientes vivan mejor, amen más, aprendan más y dejen un legado? ¿Qué podemos venderles que les haga avanzar económica, social, mental o espiritualmente? Mientras tengamos un producto que les ayude en alguno de estos aspectos, más posibilidades tendremos de servirles. Y, mientras mejor les sirvamos, más efectivos seremos como vendedores.

Club de la Efectividad
Aprendemos... a vender.