Quien concentra su atención en su interior antes de iniciar cualquier proyecto y se cuestiona profundamente si realmente cree que lo logrará, aun a pesar de las adversidades, o de los que opinan que es imposible, obtiene un sabio autocontrol y liderazgo sobre sí.

CCCC… “Magia” Para Una Planificación Exitosa



Posted by Rita Tonelli in Desarrollo Personal        

Un plan no es nada pero la planificación lo es todo. Dwight Eisenhower



Planificar suele ser una tarea a la que se le huye, quizás porque implica cierto trabajo, emplear un tiempo, focalizados en eso, y lo que observo que aparece como el mayor motivo es que no nos creemos la real importancia que la misma, reviste.

Tenemos el concepto ilusorio de que “teniendo en la cabeza” cuáles son nuestras metas y pensando un camino para llegar allí, es suficiente.

Las metas  en el aire jamás se concretan pero tampoco lo hacen si no están escritas, diagramadas y ordenadas en una planificación.

Una meta precisa es el punto de partida de toda realización.

Al escribir las metas en una planificación, es vital ser específicos y detallados en su redacción, no por un tema gramatical sino por un tema de fondo, de lo que quiero decir, de qué estoy hablando y cómo lo haré.

Voy a darte cuatro claves fundamentales en lo referente a tus metas para que ellas cobren “cuerpo”, tengan profundidad y puedas interpretarlas como “objetos concretos” y no, como solo palabras… Las CCCC.

Comportamiento.

Contenido.

Criterio.

Condiciones.

Cuando establecés una meta, habrá siempre un Comportamiento, Conducta Observable, implícita en ella: lograr, aprender, encontrar, sacar, conseguir, etc.

Contenido, se refiere a la materia o tema: dinero, experticia, habilidad, práctica.

El Criterio tiene relación con la norma en la materia, es decir un parámetro,  y se expresa en términos de tiempo: 10 días, 1 año, 3 meses, etc.

Las Condiciones tienen que ver con los medios y circunstancias: usando mis horas libres, trabajando desde casa, con la guía de mi coach, haciendo un seminario, etc.

Veamos un ejemplo. Supongamos que yo quiero aprender Efectividad. La forma de expresar mi meta será la siguiente…

Meta: Transformar (comportamiento) mis hábitos en hábitos de efectividad (contenido), en dos meses (criterio) mediante mi participación en un Seminario de Coaching Para la Efectividad Personal.

Veamos, ahora…

¿Estoy estableciendo con claridad qué es lo que quiero en relación a un comportamiento?

¿Es concreto de qué estoy hablando?

¿Cuánto tiempo dedicaré a esta meta?

¿De qué manera voy a lograr la meta?

  
¿Te das cuenta?

¿Sigue siendo algo intangible, confuso e impreciso de lo que me puedo olvidar o ha tomado una forma en mi interpretación?

Mientras digas… “Quiero aprender a usar determinado programa…”, “Estoy decidido a vencer mi miedo a hablar en público”, “Voy a leer un libro sobre Multinivel”… no estás estableciendo una meta, esto está solo en tu mente, no le has dado poder determinativo a la meta a lograr.

Un maestro quería enseñarles una lección especial a sus alumnos, y para ello les dio la oportunidad de escoger entre tres exámenes: uno de cincuenta preguntas, uno de cuarenta,  y uno de treinta.

 A los que escogieron el de treinta les puso una “C”, sin importar que hubieran contestado correctamente todas las preguntas. A los que escogieron el de cuarenta les puso una “B”, aun cuando más de la mitad de las respuestas estuviera mal. Y a los que escogieron el de cincuenta les puso una “A”, aunque se hubieran equivocado en casi todas.

 Como los estudiantes no entendían nada, el maestro les explicó:

 - Queridos alumnos: permítanme decirles que yo no estaba examinando sus conocimientos, sino su voluntad de apuntar a lo alto.


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