Quien concentra su atención en su interior antes de iniciar cualquier proyecto y se cuestiona profundamente si realmente cree que lo logrará, aun a pesar de las adversidades, o de los que opinan que es imposible, obtiene un sabio autocontrol y liderazgo sobre sí.

Aikido verbal

¿Cómo responder a un interlocutor agresivo, sin perder tu equilibrio emocional? Veamos un ejemplo de una conversación en la que no obtengo otro resultado más que el entender, ser entendido y permanecer centrado en equilibro, sin considerarme agredido :




Lector: Andrés, este blog es una porquería disfrazada de filosofía barata.


Andrés: Me apena saber que no te gusta. ¿Qué es lo que no te resulta de valor?

Lector: Todas estas cosas de las que escribís son inútiles, irrealistas, no practicables y no sirven para otra cosa que para ilusionar a los ilusos.

Andrés: Entiendo pienses de esta manera y me gustaría que me ayudes a ver qué cosas tendría que modificar para que cambies de parecer. ¿Me ayudarías a mejorarlo?

Lector: Sería inútil, una pérdida de tiempo.

Andrés: ¿Pensás que ni con tu ayuda podría mejorarlo?

Lector: Es tan desastroso que sería imposible no mejorarlo… Pero aún cuando lo mejores en su totalidad, seguiría siendo una porquería, porque falla desde su concepción. Lo ideal sería que le des de baja, que lo elimines de la web. De esa manera podrías dejar de arruinar tu propia reputación.

Andrés: Aha… entiendo entonces que lo que te motiva a compartir tus opiniones sobre este espacio es el cuidar mi reputación y que, según tu perspectiva, la única forma de conseguir esto es eliminar el blog. ¿Te estoy entendiendo?

Lector: A la perfección…

Andrés: Me gustaría entonces contarte mi mirada sobre el tema. ¿Estás dispuesto a escucharme?

Lector: Soy todo oídos…

Andrés: El principal motivo por el que pongo energía en este blog, es porque me gusta compartir aquellas cosas con las que logré ser más efectivo, tener relaciones de mayor confianza y experimentar más bienestar. Si bien la receptividad y mi reputación son elementos relevantes, no son los que más me importan y me mueven. Aún así fíjate que mes a mes nos visitan 50.000 personas, y además recibo muchos comentarios valorando este esfuerzo, lo cual me hace considerar que hay muchas personas que piensan diferente a vos. Así que te agradezco que hayas compartido tu opinión pero prefiero continuar poniéndole energía al blog con la misma concepción que hasta ahora, y confiando en que aquellos que lo aprecian lo sigan valorando y que aquellos que no les guste, no lo visiten y dediquen su tiempo a leer cosas que les resulten más útiles e interesantes.

Lector: Sabés qué pasa Andrés, con estas ideas estás estafando los corazones de la gente, ese es el problema de fondo. Imaginate las consecuencias en tu futuro de una estafa emocional de estas dimensiones.

Andrés: Puedo aceptar que tengas tus razones para considerarlo una estafa, y te aseguro que si yo pensara de la misma manera, seguiría tu sugerencia, pero honestamente creo que no es así. Pongo mucho amor y dedicación para mostrar posibilidades de vivir la experiencia laboral de manera más efectiva y humana, diferentes, tal vez, a las que muchos viven todos los días, pero completamente realizables. Además me parece respetuoso presentar estas cosas al mundo y que cada lector decida por sí mismo qué pensar y hacer. Con respecto al cuidado de mi reputación, valoro que te preocupe el tema, pero dado el propósito que me mueve y lo que disfruto con el blog, elijo asumir el riesgo que conlleva mostrar al mundo lo que estoy mostrando.

Lector: Vos sabrás lo que hacés.

Andrés: Agradezco que respetes mi decisión y mi forma de pensar.


FIN



Por Andrés Ubierna, adaptado del ejemplo dado por mi querido maestro Fredy Kofman con quien tuve el gusto de compartir muchos años de trabajo y a quien todos los días recuerdo con mucha gratitud.