Quien concentra su atención en su interior antes de iniciar cualquier proyecto y se cuestiona profundamente si realmente cree que lo logrará, aun a pesar de las adversidades, o de los que opinan que es imposible, obtiene un sabio autocontrol y liderazgo sobre sí.

ALIMENTA TU CEREBRO. Que buena noticia.


Hay 3 clases de personas:

Los que lideran: 3%
Los seguidores: 27%
Los Todo Gratis: 70%

Los 1º son gente que prepara y entrena su mente para el éxito antes de tenerlo. Saben que el éxito puede llegar en cualquier momento y ellos tienen que estar listos para asumirlo, para manejarlo, para trabajar más, crecer más.

Los 2º, los seguidores, son los que saben distinguir de forma intuitiva, donde están los líderes con los que quieren trabajar y se unen a ellos en forma incondicional. Saben también que un desarrollo personal fuerte es necesario para lograr sus metas. Son abiertos de mente y saben trabajar en equipo, están dispuestos a aprender lo que sea necesario para alcanzar lo máximo en la vida.

Por último están los TODO GRATIS, desafortunadamente la inmensa mayoría. Ellos quieren triunfar, como no?, pero su problema es que no están dispuestos a cambiar nada de su persona ni de su actitud para lograrlo. No se comprometen con nada, muchas veces no están comprometidos ni con su propia vida, desconfían de los consejos, lo saben todo, no tienen objetivos y están siempre en la línea de quiebra financiera, pero de todos modos no están dispuestos a aprender, crecer ni cambiar.

La diferencia entre un líder, un seguidor y un todo gratis, es su dialogo interno, la forma que moldean sus pensamientos y adiestran su mente constantemente.

Formar parte de un equipo ético, fuerte y solido es un lujo que no todos pueden tener. No todo el mundo es válido para tener éxito, todo se basa en ti, en que clase de persona estas dispuesto a ser y en las habilidades que desarrolles para alcanzar tus objetivos.

Estudia, aprende, controla tus pensamientos, tu mente, invierte, fórmate, lidera, ten éxito, confía, da, comparte, sirve, sé una gran persona y no tendrás que preocuparte por el dinero o por el fracaso.
Crece hasta que estés por encima de todo eso. Tu confianza en ti mismo, tu fe, hace que sea posible que consigas lo que quieres. Sé un líder para que otros puedan seguirte.

ALIMENTA TU CEREBRO CON LA INFORMACIÓN Y RELACIONATE CON LAS PERSONAS CORRECTAS y recuerda... FÍJATE LO QUE HACE LA MAYORÍA DE LAS PERSONAS Y HAZ LO CONTRARIO.

ESCUELA DE EMPRENDEDORES

El valor del “boca a boca” positivo


No necesitamos ser expertos en marketing para saber que la recomendación de un producto por parte de un amigo o un cliente es mucho más efectiva que cuando se hace a través de una publicidad paga.

El valor de la recomendación “boca a boca” es innegable, la dificultad radica en cómo lograrla. Todos coinciden en que su importancia es crucial, no obstante, cuando preguntamos qué se hace en las empresas por generarlo, medirlo o controlarlo, encontramos las respuestas más variadas. En numerosas ocasiones el comentario es “se trata de algo que no se puede medir realmente”.  John Goodman, co-fundador de TARP, autor del libro “Strategic Customer Service”, y considerado uno de los miembros fundadores de la industria de la experiencia del cliente, hace más de 35 años que predica lo contrario.

Goodman sostiene que el “boca a boca positivo” es algo que efectivamente se puede alcanzar, medir, estudiar y desarrollar. Su firma TARP Worldwide es la consultora de investigaciones que realiza estudios controlados de aquellas frases tan conocidas como “ganar un nuevo cliente es mucho más costoso que conservar uno existente” o “las malas experiencias de los clientes se comparten varias veces más que las positivas”. TARP también acuñó la expresión “Word of Mouse” un juego de palabras basada en el “Word of Mouth” o “boca a boca” y que en esta ocasión hace referencia al mouse de la computadora, para hablar de un fenómeno muy actual: la velocidad y facilidad con que se propagan hoy las buenas o malas reputaciones de las empresas a través de internet.

Desde sus inicios en 1971, TARP ha establecido los patrones para medir y guiar a las organizaciones en la mejora de su servicio al cliente y, fundamentalmente, para lograr obtener lo que podemos llamar “el beneficio de la interacción”. TARP fue pionera en la ciencia del manejo y medición de la experiencia del cliente. De la mano de Goodman, TARP ha logrado que los contact centers de las empresas que contratan sus servicios logren evolucionar, pasando de ser un costoso centro de recepción de preguntas y  quejas, a transformarse en una fuente vital de información que ayude a las empresas tanto en su funcionamiento como en sus ganancias.
Goodman ha llevado a cabo más de 800 estudios de servicio al cliente para grandes empresas y organizaciones. Sus investigaciones han medido el impacto del “boca a boca” y también de la importancia de la educación del consumidor. 

El co-fundador de TARP, que estará en Argentina el 5 de septiembre, disertando en el marco del WOM Marketing Update 2, organizado por WOM-Latam y auspiciado por Banco Supervielle y AGEA entre otras prestigiosas empresas, es hoy un aclamado orador internacional sobre temas tales como el impacto del servicio al cliente y sobre cómo aumentar la satisfacción del mismo. Su último libro, “Strategic Customer Service: Managing the Customer Experience to Increase Positive Word of Mouth, Build Loyalty and Maximize Profits”, es una guía detallada acerca de cómo lograrlo. Lejos de ser un listado de trucos y consejos, Goodman ofrece casos de estudio basados en el trabajo realizado por grandes empresas que han podido llevar la experiencia del cliente y su lealtad a otro nivel. 

Más información acerca de John Goodman y el WOM Marketing Update 2 en

Cómo redactar una buena propuesta comercial


Por Alejandra Oliveto

Diariamente abordamos la tarea de contactarnos con potenciales clientes, por  ejemplo, con aquellos que nos han referido, pero conocemos poco sobre su situación particular, sus verdaderas necesidades, sus motivaciones o sus criterios de decisión. Imaginamos el contexto a partir de algunos datos que nos dieron o una vaga información que muchas veces inferimos. Además, ante un primer contacto telefónico, es posible que nuestro potencial cliente nos pida una propuesta por escrito. Es entonces cuando nos damos cuenta de que una redacción a medida puede transformarse en la antesala del infierno. Sin embargo, escribir una buena propuesta no tiene por qué ser una tarea penosa, siempre y cuando tengamos en mente algunos puntos clave.

Hablar del cliente, no de nosotros
En general, al comienzo de la propuesta, solemos hacer demasiado esfuerzo por hablar de nuestra empresa, producto o servicio. El problema con este enfoque es que las personas no quieren perder tiempo leyendo algo que es poco o nada relevante para sus situaciones. Es esencial, entonces, centrarse en el cliente y demostrar una buena comprensión de las cuestiones que le pueden interesar a él. Por eso, un buen comienzo es aquel que resalta la situación actual o el desafío que puede estar enfrentando el posible cliente.

Destacarnos del resto
Hacer avanzar la venta por medio de una propuesta significa posicionar nuestra solución y demostrar exactamente cómo va a beneficiarse el cliente con nuestro producto o servicio.
Tenemos poco tiempo para convencerlo, así que hay que concentrarse en comunicar una sola idea y, sobre todo, utilizar un lenguaje sencillo y directo. No debemos olvidar que queremos que el lector haga algo, por ejemplo, que nos dé una entrevista o que firme un contrato. Por eso, es necesario facilitarle la decisión e incluir algún elemento (un caso comprobable, una estadística, una simulación, etc.) que lo incite a realizar la acción esperada.

Comenzar la redacción
Antes de empezar a escribir, lo ideal es hacernos las siguientes preguntas:

  • ¿Cuál puede ser la necesidad del cliente?
  • ¿Por qué esta necesidad puede ser importante?
  • ¿Qué factores (personales, profesionales, etc.) se ven afectados por esta necesidad?
  • ¿Qué no podría hacer el cliente sin nuestro producto o servicio?
  • ¿El cliente sabe quiénes somos?
  • ¿El cliente está esperando nuestra propuesta?
  • ¿En qué aspectos de la problemática vamos a centrar nuestra propuesta?
  • ¿Qué prueba podemos ofrecer de que somos calificados y competentes?
  • ¿Cómo podrá medir el cliente el valor de lo que compre?
  • ¿De qué manera podemos demostrar la credibilidad del valor que proponemos?
A medida que trabajamos sobre estas cuestiones, vamos construyendo la materia prima que puede transformar nuestra propuesta en un documento que, cuando menos,  el cliente estará dispuesto a leer.
Revisar la redacción
Así como la recopilación de datos y las preguntas iniciales son fundamentales a la hora de redactar, nunca debemos olvidarnos de la revisión,
paso imprescindible para corregir errores y mejorar las maneras de plantear las ideas.
En este sentido, al terminar la redacción, es bueno hacernos estas otras preguntas:

  • ¿La propuesta resume las posibles necesidades del cliente?
  • ¿El escrito tiene una página o menos de longitud?
  • ¿Hemos sustituido todos los términos de nuestra jerga que solo poseen significado para nosotros?
  • ¿La escritura es clara, breve y concisa en lugar de artificiosa, compleja y técnica?
  • ¿La propuesta tiene errores ortográficos o gramaticales? ¿Alguien más la revisó?
  • ¿Demuestra de manera precisa el beneficio que obtendrá el cliente con nuestra solución?
  • ¿Expone claramente los pasos por seguir para concretar la operación?
Si la respuesta a alguna de estas preguntas es “No”, entonces corremos innecesariamente el riesgo de perder la venta. Tan simple como eso.

En resumen
Si en nuestra redacción logramos responder satisfactoriamente las preguntas anteriores, es muy probable que podamos sobresalir como profesionales eficaces y con un amplio conocimiento de las posibles necesidades del cliente, así como posicionar nuestra solución como la mejor, entre todas las propuestas que el cliente debe recibir a diario. Por ello, es fundamental que nos destaquemos desde la forma y el fondo de la propuesta, lo que aumentará considerablemente nuestras posibilidades de cerrar la venta.

Alejandra Oliveto
Consultora en Comunicación empresarial
Instructora de Redacción comercial y corporativa

Tus opiniones sobre ti mismo


Quizás sea cínico decir que la sociedad es una conspiración gigante para conseguir que te sientas mal sobre ti mismo, pero no sería del todo incorrecto tampoco. Los publicistas hacen que te sientas mal para que compres sus productos, los políticos hacen que dudes de ti mismo para conseguir una ventaja en la competición.

Puedes tener todo el conocimiento y todas las habilidades en el mundo, pero no tienen significado si no te sientes personalmente autorizado a usarlas; es como ser dueño de un Lamborghini y no tener licencia de conducir. Luce brillante en la puerta de tu casa, pero no estás ganando nada a menos que lo manejes.

Valorarte a ti mismo es parcialmente una cuestión de desarrollo personal, y parcialmente una cuestión de elección. Para valorarte a ti mismo, necesitas sentir que eres digno de valoración, pero usualmente ayuda probártelo a ti mismo llegando a algún objetivo, aprendiendo alguna habilidad, o ganando algún tipo de distinción. Y para poder valorarte, debes decir “Yo soy valioso.”

Este punto es importante.

Como pensamos sobre nosotros mismos es una cuestión tanto de aprender como de cualquier otra cosa. Si alguien te dice que no eres valioso una y otra vez, y si no haces nada para contrarrestar eso, entonces llegarás a creer que no eres digno de valoración, porque así es como tus conexiones entre neuronas se formarán. Pero si repites, y crees, y actúas de una manera que demuestre y que te diga a ti mismo una y otra vez, soy valioso, entonces ahí es cuando llegarás a creer.

¿Qué es valorarse a sí mismo? De hecho son muchas cosas. Por ejemplo, es el creer que eres lo suficientemente bueno como para tener una opinión, una voz, y un voto de decisión, que tus contribuciones importan. Es creer que eres capaz, que puedes aprender a hacer cosas nuevas y a ser creativo. Es tu habilidad de ser independiente, y no dejar a la merced de una persona en particular o institución tu bienestar personal, y autónomo, capaz de tomar tus propias decisiones y vivir tu vida de tu manera.

Todas estas cosas son tuyas por derecho. Pero nunca te serán cedidas. Debes tomarlas, creyendo en ti mismo (no importa lo que otra persona diga) y siendo autónomo.

Tu escuela no tiene una clase sobre esto (y hasta quizás estén activamente tratando de debilitar tu autonomía y autoestima; cuídate de esto). Debes tomar el mando de tu propio sentido de autovaloración.

Hazlo todos los días. Dí a ti mismo que eres inteligente, que eres fresco, eres fuerte, eres muy bueno, y todo lo que quieras ser. Dilo en voz alta, en la mañana – escondido en el ruido de la ducha, si debe ser, pero dilo. Luego, practica estos atributos. Sé inteligente al resolver un crucigrama. Sé fresco al vestirte con lo que tú consideras como moda. Se fuerte al hacer algo que te habías dicho ibas a hacer. Sé bueno al llevar a cabo una buena acción. Y cada vez que lo hagas, recuérdate que de hecho, lo has llevado a cabo.

Seleccionado por Camila Ubierna de Humanismo y Conectividad
Lea más en: http://andresubierna.com


Lo que llevas dentro


Todo el mundo merece nuestro amor, y mientras no empecemos a pensar de esa forma siempre tendremos el pensamiento de "nosotros contra ellos" -Wayne Dyer.

Cuando exprimes una naranja sale jugo de naranja. Cuando exprimes un limón sale jugo de limón. Eso es obvio, ¿no?. No podría salir otro tipo de jugo, sale lo que lleva dentro. Pues bien, así somos nosotros.
Escuchas una y otra vez a gente exclamando con gran énfasis: "mira lo que me hizo", "pero cómo va a decirme eso", "quién se cree que es", "ya me las va a pagar". Y muy probablemente es que tu interlocutor haya hecho un gesto o emitido una palabra
no muy relevante, pero que para ti fue suficiente como para disparar hacia otra situación que ya has vivido con anterioridad y la cual te generó un gran daño. Entonces, ¿tú que hiciste? una cuenta matemática: "fulanita me hizo A, B y las consecuencias
fueron C y D. Ahora, esta persona me dijo A, entonces se vienen B, C y D, así que mejor planto bandera roja y ésta me las paga". Y así se vino tu reacción desmedida.
Ahora bien. Nadie da lo que no lleva dentro, nadie puede dar lo que no tiene. Evidente afirmación pero que al no transformar nuestra conciencia se nos hace muy difícil entender y poder vivirlo, y quedamos pegados al drama, y realmente creemos que
eso que está pasando allá afuera es personal y en contra nuestro.
Las personas más "realistas" afirman que hay heridas que nunca cierran. Particularmente no estoy de acuerdo, sí podría afirmar que hay heridas que cuestan más sanar que otras, y que por lo tanto llevarán mucho más trabajo el proceso de perdón,
incluso años, pero de ahí a decir que no lo podremos sanar "nunca" creo que es más una cuestión de nuestra mente que se resiste a dejar entrar luz y paz a nuestra vida, y que sin duda es la que una y otra vez te recuerda con todo su sentir esa situación
vivida.
Imaginemos que la vida es una película. Tú estás en el cine comiendo unos ricos pochoclos. Ahora observa la escena de tragedia de tu vida, apareces tú (protagonista), y las demás personas partícipes de esa escena, todos actores secundarios cómplices en
esa situación. Acuérdate que tú estás en el cine mirando la película de tu vida. Observa la situación puntual del drama, tu reacción a eso, la reacción de los demás. Detén la película.
Ven aquí y escúchame. Sé que te han herido, te han lastimado, te han engañado. Situación extremadamente dolorosa ya que provoca una herida narcisista. Quizás tus expectativas, las promesas, tus sueños, en ese instante se vieron esfumados por
completo entre los dedos de tu mano. Y, cómo duele eso por Dios!. Cómo duele dejar ir la fotografía que te habías hecho con esa persona o situación. Créeme que te entiendo.
Ahora, tú y yo estamos en el cine viendo la misma película. Te invito a que te desapegues de la escena, dejes de sufrir y des paso al dolor. Permítete llorar, sacar todo ese dolor, es momento de limpiar el alma. La escena que se presentó fue la que tú
necesitabas para tu crecimiento y evolución, simplemente ese acuerdo o contrato que tenías con esa persona se estaba cumpliendo. Ahora está tu libre albedrío: o te resientes desde la víctima y la venganza, o perdonas y evolucionas. Creo que es
momento de descubrir que hay algo más, ¿no crees?.
Lo que esa persona "te hizo", no te lo hizo a ti, aunque quizás tú eso lo sentiste. Por lo tanto ese gesto, comportamiento, actitud o palabra de aquella persona, resonó en tu interior de manera hostil conforme a tu historia personal, a tu mapa mental.
Esa situación ha tocado un botoncito herido, y aunque en el momento te cueste percibirlo se te está dando la oportunidad de poder sanarlo. Tienes que entender que ante momentos de presión lo que sale de ti es la frecuencia vibratoria que llevas
dentro.
Ese hecho que pasó ya pasó, hagas lo hagas no podrás modificar nada. Si no perdonas solo tú te mantienes atado a esa persona o situación. Y esta elección de paz y aceptación es para ti, no para el otro.
Recuerda que la venganza enmascarada bajo "justicia" humana solo llevará a que te calmes un instante, pero arrastrarás la herida infectada por donde quiera que transites y seguirás sintonizando de la vida exactamente lo mismo, y algo peor, eso que
tiraste al universo por ley retornará a ti, te guste o no, nos vamos de esta vida con saldo cero.
¿Qué es lo que hoy mueve tu vida?. Te invito a que seas parte de aquellos buscadores conscientes de lo que eligen qué llevar en su interior. Así con el tiempo (nada es de la noche a la mañana), cuando alguien vuelva a presionarte puedan salir de ti
misericordia y amor. Si Jesús perdonó y amó a sus enemigos, ¿por qué no habremos de poder imitarlo?.
Obtienes de la vida precisamente lo que das. La invitación a sentirte bien está hecha, la elección es tuya. El que tenga oídos, que oiga.

Luz y Amor
Lic. Patricia Bogado - www.patriciabogado.com.ar
Facebook: PATRICIABOGADO - Tu Coach de Emociones
Twitter: @patriciabogado


Negocios siglo XXI ¿Estar online o ser visible?


SABADO 30 DE JUNIO DE 2012

Internet ha modificado sustancialmente la relación entre las empresas y los consumidores. Cuáles son las claves para gestionar una presencia online exitosa y no morir en el intento.

La expresión “economía digital” tiene hoy un atractivo innegable. Empresarios, analistas de marketing y apasionados de los negocios y la tecnología la repiten insistentemente con una mezcla de entusiasmo y fanatismo. Sin embargo, resulta fundamental subrayar que la economía digital no es una mera suma de negocios y alta tecnología sino que implica un auténtico cambio de paradigma. Una parte esencial de ese cambio atañe directamente a la visibilidad de marcas y compañías que -en medio de una incesante circulación de información y conocimiento- pugnan para no naufragar en un océano de datos cambiantes.

En el universo online, la batalla para ganar las mentes y los corazones de los “hiper-informados” consumidores del siglo XXI tiene una serie de reglas no escritas de las que es preciso tomar nota. Dicho de otra manera: ya nadie discute la necesidad de ser “visible” en la web. El reto es que esa visibilidad se traduzca en resultados.

Estar y saber estar
El usuario promedio de la web está constantemente enfrentado a datos y estímulos de toda índole: desde publicidades en ventanas emergentes hasta contenidos de entretenimiento que comparten sus contactos. Por si esto fuera poco, el cambio de paradigma al que aludíamos más arriba implica que el consumidor es hoy productor potencial de sus propios contenidos: Internet y las redes sociales no sólo lo han hecho posible sino que hasta lo han hecho divertido.

En este contexto, la pregunta es simple: ¿cómo hacen las empresas para generar y sostener una relación fluida y eficaz con sus consumidores? La respuesta es menos sencilla pero hay al menos cuatro puntos de partida que ningún hombre de negocios debería ignorar.

·  En todos y cada uno: las estrategias web corporativas ya no se limitan a tener el “sitio oficial”. Es necesario potenciar el mensaje de la marca mediante todos los canales digitales disponibles: blogs, redes sociales, publicidad (en variantes que pueden incluir desde Google AdWords hasta herramientas más recientes como los trending topics patrocinados de Twitter), posicionamiento en buscadores, etc.

·  Estar “en la gran conversación”: la inserción de una marca en las redes sociales no debe limitarse a decir “aquí estoy”. Incluso hay expertos de marketing que sostienen que esa puede ser una estrategia contraproducente: ¿acaso en la vida “real” no nos resultan un poco aburridas las personas que hablan todo el tiempo de sí mismas? Pues bien, en la vida virtual los consumidores valoran más a aquellas marcas que tienen un mensaje más interesante que el “retuiteo” constante de sus promociones.

·  Coherencia y adaptación: se puede estar en todas partes y, al mismo tiempo, en ninguna. En términos de eficacia comunicacional en la web, esta frase indica un error bastante frecuente: producir un mismo contenido y replicarlo de forma idéntica en todo tipo de sitios. En verdad, el mensaje puede ser el mismo pero hay que respetar las características de cada herramienta. Incluso las dos redes sociales más populares del momento –Facebook y Twitter– tienen rasgos totalmente distintos y los usuarios se manejan de modo muy diferente en cada una de ellas.

·  Qúe se dice de mí: las empresas de hoy no pueden ignorar lo que se dice sobre ellas. Desde la masificación de Internet que motorizaron las redes sociales, cientos de millones de usuarios opinan en la web sobre los productos y servicios que utilizan o utilizarían. Las nuevas formas de socialización hacen que los comentarios –tanto como los “me gusta” o los “retweets”– tengan un enorme poder de viralización. Desde este punto de vista, una acertada presencia online significa interpretar la valoración de los consumidores para ratificar o rectificar las estrategias de marketing propias.

De “online” a visible
Los cuatro ítems descriptos aquí son apenas una guía para entender hasta qué punto la economía digital es mucho más que una situación tecnológica. En rigor, los hombres y mujeres de negocio de este siglo deben comprender que el cambio es sobre todo conceptual. La velocidad de la información y el nuevo rol de los consumidores son variables que no podemos desatender. De lo contrario, nos perderemos de la sutil pero vital diferencia entre estar online y ser efectivamente visibles para millones de consumidores.
Por Alex Konanykhin | CEO | TransparentBusiness.com
Perfil Alex Konanykhin: http://www.linkedin.com/in/konanykhin